"Si me piden que nombre el principal beneficio de la casa, debo decir: la casa alberga un día de ensueño, la casa protege al soñador, la casa permite que uno sueñe en paz".
Gastón Bachelard​​​​​​​
La casa está ubicada en una antigua laguna que hoy está seca, en las afueras de Atotonilco, Jalisco, México. El terreno es de 18 x 55 m, dividido en 3 cuadrados de 18 x 18 metros.
La casa comenzó con un programa bien definido: una casa que envuelve un fin de semana entre jardines y paredes, lejos del ruido y la velocidad de la ciudad. Una pequeña casa para disfrutar de los amaneceres y atardeceres.
Aspiramos a construir una casa que respete su contexto y clima, aplicando sistemas de construcción compatibles que pasan desapercibidos en sus alrededores: una modesta paleta de materiales de construcción, sus paredes de barro cocido se levantan casi intactas mientras que las losas de concreto que entran y salen delimitan el margen superior de cada apertura hacia el exterior, puertas y ventanas. La piel del edificio termina con cristales, madera y una celosía que filtra la luz y el viento. El límite entre lo construido y lo no hecho se vuelve borroso cuando las ramas de los árboles comienzan a tejerse entre las grietas y los patios.
Proyecto en colaboración en todas sus etapas con  Joshua Ruelas y Adrian Becerra Villaseñor, arquitectos.
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